Fuente: Bio Bio

Es urgente reconocer que el alza de tarifas no solo es una cuestión técnica o económica. Es una crisis social en ciernes. En los sectores populares de la región y del país, este invierno podría significar pasar frío, apagar estufas y limitar el uso de electrodomésticos esenciales. En una zona donde la humedad penetra muros y huesos por igual, esto no puede parecernos aceptable ni mucho menos inevitable.

Valoramos el subsidio eléctrico que ha impulsado el Gobierno como un esfuerzo inicial, pero sabemos que será insuficiente frente a la magnitud del problema, ya que da cobertura solo al 20% de las familias chilenas. Por eso, hemos propuesto otras soluciones más estructurales y que hoy están sobre la mesa, sin embargo, no se han explorado con la suficiente decisión de parte del Gobierno: la renegociación de los contratos eléctricos que son antiguos, contaminantes y caros.

El invierno más frío no será solo por el clima: la amenaza de las cuentas de la luz en Valparaíso

Esta herramienta, ya aplicada en otros contextos nacionales e internacionales, puede abrir un espacio real para rebajar las tarifas, distribuir de mejor forma los costos y proteger a las familias que hoy viven con lo justo. No se trata de una cruzada ideológica ni de una confrontación con las empresas generadoras. Se trata de poner el bienestar de las personas al centro y de construir acuerdos responsables por el bien común.

Si tenemos contratos antiguos, referenciados a energías fósiles que no se ocupan en la generación de energía, que además encarecen la tarifa sin base ni justificación y con duras consecuencias en el presupuesto de las familias, es del todo correcto que desde el Estado abramos una conversación pública sobre dichos contratos y busquemos un entendimiento o una negociación con las empresas, con miras a aliviar el peso en los hogares. Rebajar la tarifa a través de la renegociación de contratos es posible, Colombia es un ejemplo concreto de esta experiencia.

Este invierno golpeará con fuerza, pero su severidad no debe medirse solo en grados Celsius. En Valparaíso y en muchas regiones del país, el frío se sentirá en el cuerpo y en el bolsillo. Por eso, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Renegociar es posible, y hacemos un llamado al gobierno a tomar medidas, porque es ahora cuando debemos actuar.