Almendras, nueces, avellanas y pistachos no solo son deliciosos: su consumo regular se asocia con una reducción significativa del riesgo de enfermedades cardíacas. Esto se debe a su contenido de ácidos grasos insaturados, fibra, antioxidantes y minerales como el magnesio y el potasio.

Un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology indicó que las personas que comen frutos secos varias veces a la semana tienen menor incidencia de infartos y accidentes cerebrovasculares. Eso sí, los expertos aclaran que deben consumirse con moderación: un puñado diario es suficiente, y es importante elegir opciones sin sal ni azúcar añadida.

Los frutos secos también son aliados en el control del peso, pues su alto poder saciante ayuda a evitar el picoteo de alimentos menos saludables. Incorporarlos en ensaladas, yogures o como colación es una forma fácil y sabrosa de cuidar el corazón.