La genética podría explicar por qué no todos reaccionamos igual a la cafeína.
Investigadores de la Universidad de Toronto han identificado variaciones genéticas que influyen en la rapidez con que el cuerpo metaboliza la cafeína. Mientras algunos experimentan insomnio y nerviosismo, otros pueden dormir plácidamente después de un café doble.
La enzima CYP1A2, presente en el hígado, es clave en este proceso. Quienes la producen en mayor cantidad procesan la cafeína más rápido, reduciendo su impacto.
Además de la genética, factores como el peso corporal, la dieta y el consumo habitual también modulan la tolerancia.
Los expertos recomiendan ajustar el consumo según la respuesta individual para evitar efectos secundarios.