El impacto del buen descanso en nuestra salud suele ser subestimado. Sin embargo, diversos estudios confirman que dormir entre 7 y 9 horas por noche es tan importante como llevar una dieta equilibrada o hacer ejercicio regularmente.
La falta de sueño se asocia a un mayor riesgo de desarrollar obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas. Además, afecta negativamente el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo. Según el neurólogo Jorge Salinas, “durante el sueño profundo, el cuerpo realiza funciones reparadoras esenciales, como la regulación hormonal y el fortalecimiento del sistema inmunológico”.
Los especialistas recomiendan establecer horarios regulares, evitar pantallas antes de dormir y crear un ambiente propicio para el descanso. Dormir bien no es un lujo: es una necesidad básica para el bienestar integral.
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