Inclusión y competitividad se unen en esta disciplina que gana terreno en Latinoamérica.
Nacido en Europa, el balonmano en silla de ruedas llegó a Chile hace menos de una década y hoy cuenta con ligas regionales.
El juego combina la estrategia del balonmano tradicional con la fuerza y precisión del deporte adaptado.
Para muchos atletas, no se trata solo de competir, sino de desafiar estereotipos sobre discapacidad. “La cancha es el lugar donde dejamos de hablar de límites y hablamos de juego”, dice el jugador Mauricio Aravena.
El objetivo es lograr su inclusión en competencias internacionales oficiales.