Durante la última temporada, meteorólogos de distintos centros de investigación han registrado un aumento inusual en la formación de huracanes fuera de las zonas típicas. Este fenómeno ha despertado preocupación entre especialistas que analizan cómo están cambiando los patrones de temperatura en los océanos.
La tendencia ha sorprendido particularmente en el Atlántico Norte, donde se formaron tormentas en meses y latitudes poco habituales. Los registros históricos muestran que estas variaciones ocurren de manera esporádica, pero la frecuencia actual es inusualmente alta.
Los investigadores trabajan para determinar si estas alteraciones están relacionadas con ciclos oceánicos naturales o si responden a cambios estructurales en las corrientes marinas. La intensificación temprana de algunos huracanes también ha llamado la atención.
Uno de los puntos más estudiados es la temperatura superficial del mar, que este año ha marcado cifras récord. Esto crea condiciones más favorables para el desarrollo de tormentas, incluso en zonas donde no suelen prosperar.
Los servicios meteorológicos internacionales ya están ajustando sus modelos predictivos. La idea es anticipar con más precisión la evolución de estos eventos y entregar alertas más oportunas a las poblaciones costeras.
Aún queda mucho por investigar, pero los expertos coinciden en que esta temporada será recordada como un punto de inflexión que obligará a revisar los mapas climáticos que se usan para pronosticar huracanes en todo el mundo.


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