Mónica Monarde ha sido dirigente por más de 20 años del sector Viña Oriente y con tantos años en esta zona ha sido testigo y protagonista a la hora de levantar la voz por la pérdida de calidad de vida en su barrio: la inevitable llegada de edificios en el sector de la ex Crav, la saturación vial, la falta de seguridad y el deterioro de las calles y veredas de antiguas poblaciones, como la Riesco, donde vive.

Por eso le resulta irónico lo que le pasó hace sólo unos días y que la mandó directo al hospital dejándola por más de un mes en reposo obligado.

Haciendo su recorrido habitual de su casa a su negocio ubicado a pocos metros del terminal rodoviario, Mónica, de 67 años, no se percató del mal estado de la vereda surponiente de la calle Peñablanca, cayendo estrepitosamente al suelo.

“Cuando me caí, no podía moverme. Eran pasadas las 10 de la mañana y debido a los trabajos que se realizan en Simón Bolivar, transita muy poca gente por ahí. Empecé a gritar pidiendo ayuda. Nunca me imaginé que me había quebrado la clavícula ni menos que me había cortado un ligamento”, recuerda mientras realiza reposo en su casa.

Lo insólito, a juicio de esta dirigente, es que su accidente ocurrió en las afueras de la Escuela Especial Juanita Aguirre, donde acuden alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales permanentes.

“Afortunadamente me ayudaron unas personas que fueron muy amables, cada una hizo algo por mí. Entre ellos había una persona del hospital Fricke y me sugirió que mejor me fuera a una clínica porque en el hospital tendría que esperar mucho. Afortunadamente mis hijos me llevaron al Hospital Clínico, yo pensé que sólo había sido el golpe en la cabeza, pero me fracturé la clavícula en tres partes”, detalló la dirigente.

Demanda

Mónica Monarde explica que al igual que sus colegas dirigentes del sector, no ha podido dejar sus actividades pues no hay personas disponibles para asumir estas labores vecinales.

A sus 67 años, Mónica es totalmente autovalente y lo que más la tiene afectada es haber perdido la confianza de andar sola en la calle. “Eso me tiene muy mal, porque estoy acostumbrada a hacer mis cosas sola, a no depender de nadie. Te afecta mucho en la autoestima”, cuenta entre lágrimas.

Por lo mismo, adelanta que demandará al municipio de Viña del Mar por la falta de servicio y por no mantener en buen estado las veredas.

“Cuántos años hemos venido denunciando el estado de abandono en que está esta parte de la ciudad. Se dice que el municipio se preocupa solo del plan, pero no es así, se ocupa sólo de una parte del plan”

Tuvo que pagar

En junio del año pasado, en fallo unánime, la Corte Suprema condenó a la Municipalidad de Viña del Mar a pagar una inde mnización total de $22.564.874 a una mujer que sufrió una caída por el mal estado de las veredas de la comuna en el año 2010.